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La isla a mediodía

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Apuntes sobre “La isla a mediodía”, de Julio Cortázar

Por Lilian Elphick

 

1.- El personaje

El personaje protagonista de “La isla a mediodía” es Marini. Este apellido se asocia con lo marino, el mar, pero también con la muerte. En este sentido, el cuento es circular y ofrece una doble perspectiva -vida-muerte- resumida en el tema de la mirada, como espacio intersticial: El mar es el origen de la vida y también la disolución de la vida. “La primera vez que Marini vio la isla…” (564) y “cadáver de ojos abiertos.” (569).

Marini es auxiliar de vuelo (steward en el texto), su trabajo adentro del avión -el aire- es mecanizado y aburrido. La actividad sin sentido y recurrente es representada por la actividad de mirar varias veces su reloj pulsera. Las escalas en diversos países, su relación con las mujeres (cuya imagen es muy negativa: vida social intensa, sexo casual, alcohol, aborto, nomadismo) recrean la imagen de un mundo falso, inauténtico. Marini –que también comparte las características ya citadas de las mujeres- es básicamente un ser descentrado, ha perdido el norte. Como en otros cuentos de Cortázar, el acceso a la zona intersticial es gradual, comienza por la elección y fijación de un lugar, en este caso, una isla griega, que el personaje descubrirá a través de la ventanilla del avión, “exactamente a mediodía” (p.564).

“Una isla rocosa y desierta –tierra-, aunque la mancha plomiza cerca de la playa del norte podía ser una casa, quizá un grupo de casas primitivas” (p.564). La isla es el fuego del sol –fuego-, las piedras, la arena caliente. “La costa sur de Xiros era inhabitable pero hacia el oeste quedaban huellas de una colonia lidia o quizá cretomicénica” (p.565).

Como se aprecia, los cuatro elementos, agua, aire, tierra y fuego, separados aún, se prefiguran en las primeras dos páginas.

 

2.- La Isla

1) La isla como símbolo encierra distintos significados, para Cirlot [1]: “Según Jung, la isla es el refugio contra el amenazador asalto del mar del inconsciente, es decir, la síntesis de conciencia y voluntad. También es símbolo de aislamiento, soledad y de muerte.” (Cirlot.2003:263).
2) Isla como una tortuga: “Para los chinos el cielo es hemisférico y la tierra cuadrangular, por ello descubren en las tortugas una imagen o modelo del universo. Las tortugas participan, por lo demás, de la longevidad de lo cósmico…” [2] (Borges.1968).
3) La tortuga asociada a la Afrodita marina: La isla cobra una dimensión mítica. Para Martha Paley de Francescato [3]el “paraíso y Afrodita se conjugan para atraer al mortal a esa zona sagrada.” (Paley de Francescato.1975: 133). La isla como espacio sensual y erótico absorbe y fagocita al personaje.
4) La isla como un espacio intersticial o lugar ‘entre’ permite un desplazamiento en el espacio-tiempo y un acceso a la superrealidad.

 

3.- Juego de la realidad y de la irrealidad

Desde el avión Marini entrará en un juego de realidad e irrealidad. La isla-tortuga dorada es vista como algo irreal: “Vuela tres veces por semana sobre Xiros a mediodía o sueña tres veces por semana que vuela sobre Xiros.” (p.565). “Una vez sacó una foto de Xiros pero le salió borrosa”. (p.565).

La realidad cotidiana de Marini también se presenta como algo irreal: “Y las casas donde los pescadores alzarían apenas los ojos para seguir el paso de esa otra irrealidad.” (565). “No llevaba muy bien la cuenta de los días.” (566). “Todo un poco borroso” (566).“Y en el vuelo todo era también borroso y fácil y estúpido…” (566).

La isla como espacio superreal se genera a través de la mirada: “…hasta sentir el frío cristal como un límite del acuario donde lentamente se movía la tortuga dorada en el espeso azul.” (567).

En síntesis, la problemática de la mirada es central en este cuento. El espacio de la isla, como realidad anhelada y finalmente clara (en oposición a lo borroso de la realidad cotidiana), se genera por medio del mirar del personaje. Marini mira a través de la ventanilla del avión justo a mediodía, que es el punto más alto del sol en su tránsito, y donde la sombra de objetos y seres es la más corta. Como el sol en su transitoriedad, la mirada se desplaza -transita- como signo del intersticio.

Con respecto a la noción de límite (ventanilla del avión y franja de la isla), Manuel Jofré señala:

“Las primeras percepciones visuales aluden sobre todo al borde, a la orillas, a las playas y la franja con que la isla aparece. Se está […] señalando el espacio de espera y recepción, de entrada y límite de la isla. Ambos elementos, vidrio y franja[…] tienen importancia fundamental para construir el carácter ambiguo del mundo. […] La franja será el espacio donde muera el hombre nuevo destruido por el hombre viejo, los dos modos de actuar fundamentales de Marini.” (Jofré.1993:215).

Tanto ventanilla como la isla son óvalos.

El paso de un estado a otro, de una zona cotidiana y plana hacia otra intersticial y superreal, se da en varios cuentos de Cortázar. En “Axolotl” (Final del juego) el personaje también está pegado al cristal del acuario hasta que transita de un afuera hacia un adentro, y los puntos de vista cambian: “Yo soy un axolotl”. En “Las babas del diablo” (Las armas secretas), Roberto Michel saca una fotografía y ésta cobra vida. Michel transita hacia otro estado que será su zona de escritura. Él -como uno de los narradores- escribe la historia fragmentada desde el intersticio (las nubes, las palomas). Johnny en “El Perseguidor” (Las armas secretas) ingresa en un tiempo que él llamará “elástico”, ya sea adentro del metro o tocando el saxofón. Lo mismo para “La noche boca arriba”, “Todos los fuegos el fuego”, “El otro cielo”, etc.

 

4.- El estado de enajenación

A medida que se interesa por la isla, Marini se enajena, sale fuera de sí. La progresión es gradual y, al principio, inconsciente. Busca datos, compra libros, los colegas le dan referencias. Marini quiere ir de vacaciones a la isla, esto significa que el viaje incluye un regreso. No le molesta que lo llamen “el loco de la isla”; Carla decide abortar y él le manda dinero. No hay preocupación por la mujer ni el hecho de perder un hijo. Cuando le proponen la línea de Nueva York, decide que “era la oportunidad de terminar con esa manía inocente y fastidiosa” (565). Acto seguido, rechaza la oferta. Marini intenta establecer una comunicación con la isla y sus habitantes o consigo mismo: “Ese día las redes se dibujaban precisas en la arena, y Marini hubiera jurado que el punto negro a la izquierda, al borde del mar, era un pescador que debía estar mirando el avión. “Kalimera”, pensó absurdamente.” (567). Sin embargo, Marini acelera el viaje a la isla (vive la experiencia), no en el momento de partir a la isla, sino adentro del avión:

“Con los labios pegados al vidrio, sonrió pensando que treparía hasta la mancha verde, que entraría desnudo en el mar de las caletas del norte, que pescaría pulpos con los hombres, entendiéndose por señas y por risas.” (567).

La experiencia genera un estado de felicidad en Marini que, a través de la mirada, se posesiona poco a poco del espacio superreal: El tomillo y la salvia son aún una mancha verde. La visión utópica incluye además la reunión con los pescadores y la comunicación articulada por señas, es decir, la comunión con un mundo original, primigenio. Se puede asociar este gran salto de Marini al arcano 0 El Loco, figura arquetípica del Tarot que muestra a un hombre vestido de arlequín caminando al lado de un abismo. El Loco representa la actividad inconsciente e irracional, el acercamiento a la infancia y al mundo lúdico, previo a la enseñanza y a la cultura.

 

5.- Hombre viejo y hombre nuevo [4]

El cuento se estructura en dos momentos implícitos: 1) Marini en el avión, diferentes escalas, relación vacía con las mujeres e interés gradual por la isla. 2) Marini realizando el viaje nocturno hasta el amanecer en Xiros (desembarco); recibimiento del patriarca Klaios y sus hijos; Marini se deshace de todo lo inauténtico: ropa, recuerdos. El reloj lo guarda en el bolsillo, después de mirar la hora. Lo inauténtico representa al hombre viejo y da paso al hombre nuevo. Sin embargo, como dice el narrador: “No sería fácil matar al hombre viejo.” (568).

El tema del doble –el doppelgänger- es muy recurrente en Cortázar. En el cuento “Reunión”, incluido en Todos los fuegos el fuego, el personaje inicia un viaje de transformación del continente a la isla. En Argentina quedará el hombre viejo, el burgués acomodado; en Cuba aflora el hombre nuevo que luchará por un mundo mejor. En este cuento hay superrealidad (*) en la experiencia boca arriba, reunión con Luis y en la utopía colectiva, por nombrar algunas.

El segundo momento del cuento además incluye dos experiencias boca arriba, una en el mar y la otra en la tierra:

1) “Volvió mar afuera, se abandonó de espaldas. Lo aceptó todo en un solo acto de conciliación que era también un nombre para el futuro.” (568).

2) “Cuando llegó a la mancha verde entró en un mundo donde el olor del tomillo y de la salvia era una misma materia con el fuego del sol y la brisa del mar” (568).

Esta experiencia en la isla misma significa la conjunción de los cuatro elementos que al principio del cuento están disgregados, también es el momento climáctico de la superrealidad. El arcano que representa esta experiencia es El Mundo, el último de la serie de los arcanos mayores y cuyo número es el XXI. En El Mundo se concilian y reúnen el agua, el aire, el fuego y la tierra, metaforizados en las emociones (copas), la mente o intelecto (espadas), energía (bastos) y lo terreno (oros), respectivamente. La figura central es Ouroboros, la serpiente que come su cola y que inicia el proceso del tiempo cíclico o sagrado. Es decir, el personaje transita toda la serie de los arcanos mayores, del 0 al XXI.

Manuel Jofré señala que la isla es un espacio vital para Marini, pero no de fácil acceso:

“La isla es un espacio, y ese espacio está referido a un tiempo. Para Marini, la “superrealidad” es el espacio terrestre, estable, rodeado por lo fluyente e incesante, es decir, por el mar. “La isla a mediodía” es un espacio marginal, y aislado; un modo de vida lo caracteriza. Este espacio no es un ámbito fácil, y su acceso significa destruir una serie de relaciones en la propia vida y en el pasado. Las notas de primitividad, naturaleza y elementalidad la caracterizan; un viaje lleva hacia ella; un lenguaje extraño la protege.” (Jofré.1993:213).

La superrealidad, como acción y metonimia, se genera por medio de varios puntos: La isla desde la ventanilla, información sobre la isla, ingreso a la isla, encuentro con Klaios y su familia, experiencias boca arriba en el mar y en la tierra, juegos con Ionas. Marini entra a la zona de máximo extrañamiento. Al contrario de “Reunión”, este ingreso es individual.

 

6.- La asunción del hombre viejo

La aparición de la realidad degradada es inmediata al momento superreal: “Se dejó caer de espaldas entre las piedras calientes […] y miró verticalmente el cielo; lejanamente le llegó el zumbido de un motor.” (568). El proceso de ironización (victoria de la realidad degradada) está conectado a la mirada y a la no-mirada:

a.- “Miró verticalmente el cielo”.
b.- “Cerrando los ojos se dijo que no miraría el avión” “Lo peor de sí mismo”. Batalla del hombre viejo y el hombre nuevo.
c.- “En la penumbra de los párpados imaginó a Felisa…”
d.- “Abrió los ojos y se enderezó”.
e.- Reunión de los dos Marini: Herida en la garganta “como una boca repugnante”–>; imposibilidad de comunicación. El Marini de la isla ‘desaparece’ o se funde con el Marini del avión, el hombre viejo.
f.- “Ciérrale los ojos”. Petición de las mujeres que antes lo han mirado de reojo y han reído–>; timidez – Marini como extranjero, foráneo, o como algo irreal o fantasmal. Compárese estas mujeres, verdaderas pachamamas, con las mujeres citadinas que no se interesan en el proyecto de Marini.
g.- “Cadáver de ojos abiertos”, como “lo único nuevo entre ellos y el mar”, que refuerza la idea de que Marini nunca fue a la isla y que toda la experiencia ha sido imaginación o sueño, o ha sido retenida en la mirada y transitado a la zona intersticial.

 

7.- El narrador. El autor

El cuento está narrado por un narrador omnisciente que ingresa en la conciencia del personaje. A partir del segundo momento, la narración se agiliza incorporando un monólogo interior indirecto o en tercera persona. Éste también puede ser entendido como el ingreso del narrador a una zona intersticial. El tiempo cronológico del primer momento se sustituye por uno subjetivo donde se unen las dos experiencias: la muerte del Marini nuevo y el cadáver de Marini que va en el avión estrellado en el mar. Según Mac Millan, “el espacio intersticial se manifiesta en una escritura fotográfica y en una escritura rítmica. Ambas apuntan a un proceso escritural fragmentado.” (MacMillan.2005:53).

Cortázar ve el proceso escritural como una experiencia de riesgo y travesía y también como improvisación que se asocia a la experiencia de ejecutar jazz. Con respecto a esto, Cortázar señala: “Yo no quisiera escribir siempre más que takes”. [5] Los takes “son las sucesivas grabaciones de un mismo tema en el curso de una sesión fonográfica. El disco definitivo incluye el mejor take de cada uno de los trozos y los otros se archivan y a veces se destruyen”. El take implica un riesgo, algo no programado, pero también la incertidumbre y la fragmentación. La literatura sin literatura es lo que el autor proclama. Es importante destacar que a partir de “El Perseguidor” (1959) y “Reunión” (1966) se conforma una nueva narrativa en Cortázar. Tanto Johnny como el narrador de “Reunión” son “catalizadores, símbolos de grandes fuerzas, de maravillosos momentos del hombre.” [6] “La isla a mediodía” –como cuento ‘fantástico’-, a falta de un mejor nombre, diría Cortázar, incluye una preocupación humanista ya desarrollada completamente en la novela Rayuela (1964).

En Situación del intelectual latinoamericano (Carta de Cortázar a Fernández Retamar), el autor expresa lo siguiente:

“… Mi problema sigue siendo, como debiste sentirlo al leer Rayuela, un problema metafísico, un desgarramiento continuo entre el monstruoso error de ser lo que somos como individuos y como pueblos en este siglo, y la entrevisión de un futuro en el que la sociedad humana culminaría por fin en ese arquetipo del que el socialismo da una visión práctica y la poesía una visión espiritual. Desde el momento en que tomé conciencia del hecho humano esencial, esa búsqueda representa mi compromiso y mi deber. Pero ya no creo, como pude cómodamente creerlo en otro tiempo, que la literatura de mera creación imaginativa baste para sentir que me he cumplido como escritor, puesto que mi noción de esa literatura ha cambiado y contiene en sí el conflicto entre la realización individual como la entendía el humanismo, y la realización colectiva como la entiende el socialismo, conflicto que alcanza su expresión quizá más desgarradora en el Marat-Sade de Peter Weiss. Jamás escribiré expresamente para nadie, minorías o mayorías, y la repercusión que tengan mis libros será siempre un fenómeno accesorio y ajeno a mi tarea; y sin embargo hoy sé que escribo para, que hay una intencionalidad que apunta a esa esperanza de un lector en el que reside ya la semilla del hombre futuro. No puedo ser indiferente al hecho de que mis libros hayan encontrado en los jóvenes latinoamericanos un eco vital, una confirmación de latencias, de vislumbres, de aperturas hacia el misterio y la extrañeza y la gran hermosura de la vida.” [7]

“La isla a mediodía” confirma esas ‘latencias’ y ‘vislumbres’ y cumple con las propias poéticas cortazarianas, incluyendo la del intersticio como una poética canónica. El tópico de la isla como un reducto utópico aparece tempranamente en Las aventuras de Robinson Crusoe de Daniel Defoe (1719); también está en La invención de Morel de A. Bioy Casares (1949), que anticipa la idea del holograma. Sin embargo, donde hay una clara influencia es en Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar [8], que el mismo Cortázar tradujo al español en 1955. Tanto Adriano como Marini son hombres de acción, poseen una animula vagula blandula y se enfrentan a la muerte con los ojos abiertos. (5).

“La isla a mediodía”, junto con los otros textos de Todos los fuegos… (6), conforma un nuevo canon para el cuento latinoamericano en general y para el fantástico en particular. Se puede extrapolar la isla de Xiros a cualquier isla o espacio latinoamericano mítico. El hombre busca un territorio utópico (Axis Mundi [Jofré.1993]), descontaminado, natural y vital. Pero lo latinoamericano ya viene con la rúbrica de la colonización violenta. El continente tiene la mácula de la contradicción y de la muerte. La imagen de Latinoamérica como muerte de una cultura primordial es la imagen final de este cuento. Se yergue la realidad degradada por sobre la aspirada. América es un espacio inconcluso.

 

8.- Síntesis para “La isla a mediodía”

Tema central: Búsqueda del centro del mundo o mandala (del sánscrito: disco, óvalo. Representación esquemática y simbólica del macrocosmos y del microcosmos en el espacio sagrado o centro sagrado). En la búsqueda están implícitas varias figuras o motivos:

Figura del Viaje:

1.- Viaje rutinario, mecanizado, en el avión. La realidad en este espacio no puede dar cuenta de la otra realidad que es la isla (foto borrosa).
2.- Viaje de lo interno a lo externo: avión-isla.
3.- Período de transición: viaje en un tren nocturno, primer barco, otro barco viejo y sucio, escala en Rynos, negociación con el capitán de la falúa, la noche en el puente, pegado a las estrellas, el sabor del anís y del carnero. (Paley de Francescato).
4.- Viaje de lo externo a lo interno: viaje por mar nocturno-llegada a la isla al amanecer.
5.- Viaje de arriba hacia abajo y viceversa: ascensión al punto más alto de la isla-descenso al mar-experiencia boca arriba; ascenso –experiencia boca arriba-descenso, entrada al mar, fusión de los dos Marini y muerte.
6.- Viaje desde una realidad cotidiana degradada (borrosa, irreal) hacia una superrealidad (la Naturaleza). Búsqueda de autenticidad, de un tiempo mítico, del origen. Vuelta al paraíso.

Figura del Doble:

Los dos Marini y su lucha dentro del espacio fantástico. El personaje se mueve entre la inconsciencia y la racionalidad; reunión del doble en la muerte. El hombre nuevo no está listo para enfrentar lo auténtico; la cultura impuesta gana la batalla. Batalla entre cronos y aión, tiempo profano y tiempo sagrado.

Figura del Intersticio:

En este cuento el lugar ‘entre’ es claramente la isla. La mirada (a través de la ventanilla, como extrañamiento y sorpresa; la fusión de los dos Marinis en el espacio de la muerte, como paradoja; ojos abiertos del cadáver como lo vacío, son signos del intersticio. La búsqueda de Marini homologa lo poético con lo vital: “para reencontrar en medio del océano la plenitud de la entrega poética y vital.” (De Sola citada por Mc Millan. P.23).

Últimos apuntes en torno a “La isla a mediodía”

Marini no logra ser héroe, no se fusiona con el mundo; carece de libertad y de autoconciencia, está fragmentado y aislado. Marini inicia el viaje de la cultura a la naturaleza sin preparación previa, no tiene un proyecto vital. La isla ingresa a él, no al revés.

La búsqueda en sí no constituye una heroicidad, que es la transformación del mundo. Cortázar da indicios de cómo se pierde la superrealidad. Indica y descubre las propuestas aparentemente victoriosas, pero sin embargo, infructuosas. Esto tiene que ver con el hecho de una literatura fantástica y una realista como sectores divorciados. En “La isla…” el lector es llevado a una encrucijada: ¿Estuvo o no Marini en la isla? Según una lectura realista, todo lo que corresponde al viaje no aconteció, salvo en la imaginación de Marini. Una lectura fantástica propone la disociación de Marini y la ruptura de las coordenadas tiempo-espacio. La historia realista y la fantástica se unifican con la existencia de Marini en ambas historias a la vez. (Marini steward saludando desde el avión a Marini pescador, por ejemplo).

El problema central en el cuento es la superación de esta dialéctica y exige al lector una lógica que ni siquiera está en el texto. Así, el relato es transtornador del canon porque ese problema central está irresoluto, se destruye la lógica occidental y se plantea, entonces, un nivel de historia superficial, otro donde se sitúa la historia profunda, y un tercer nivel donde se fusionan las dos historias.

El límite del Superrealismo como tendencia literaria está en este cuento.

(*) Sobre la noción de superrealidad ver nota 1: http://lilielphick.blogspot.com/2007/05/cortadores-del-azar-carpentier-cortzar.html

 

 

Bibliografía

Borges, Jorge Luis. El libro de los seres imaginarios. 1968. Bs. As, Emecé.

Cortázar, Julio.
-“La isla a mediodía”. En: Cuentos Completos. 1996. Buenos Aires, Alfaguara.
-La vuelta al día en ochenta mundos. 1968. México, Siglo XXI. Pg. 201.
- Carta de Julio Cortázar a R. Fernández Retamar. En: www.sololiteratura.com

Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de Símbolos. 2003. España, Ediciones Siruela.

de Sola, Graciela. Cortázar y el hombre nuevo.1968. Bs. As, Editorial Sudamericana.

Goic, Cedomil. Historia de la novela hispanoamericana. 1980. Chile, Universitarias de Valparaíso.

González Echevarría, Roberto. Mito y Archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana. 2000. México D.F., Fondo de Cultura Económica.

Jofré, Manuel
- “Teoría y práctica de la superrealidad en la literatura latinoamericana contemporánea: Borges, Cortázar y Neruda”. 1990. Revista Logos Nº 2, Universidad de La Serena.
- Narrativa argentina contemporánea: representación de lo real en Marechal, Borges y Cortázar. 1993. Universidad de la Serena.

Mac Millan, Mary. 2005. El intersticio como fundamento poético en la obra de Julio Cortázar. Alemania, Peter Lang Ediciones.

Paley de Francescato, Martha. 1975. “ El viaje: función, estructura y mito en los cuentos de Julio Cortázar ”. En : Estudios sobre los cuentos de Julio Cortázar, David Lagmanovich compilador. Barcelona, España, Ediciones Hispam.

Yourcenar, Marguerite. Memorias de Adriano. 1989. Bs. As, Sudamericana.

[1] Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de Símbolos. 2003. España, Ediciones Siruela.

[2] Borges, Jorge Luis. El libro de los seres imaginarios. 1968. Bs. As, Emecé.

[3] Paley de Francescato, Martha. 1975. “El viaje: función, estructura y mito en los cuentos de Julio Cortázar”. En: Estudios sobre los cuentos de Julio Cortázar, David Lagmanovich compilador. Barcelona, España, Ediciones Hispam.

[4] La noción de hombre viejo y hombre nuevo se ha tomado del libro de Graciela de Sola, Cortázar y el hombre nuevo.1968. Bs. As, Editorial Sudamericana. De Sola es citada por Martha Paley de Francescato en su artículo “El viaje: función, estructura y mito en los cuentos de Julio Cortázar”. En: Estudios sobre los cuentos de Julio Cortázar, David Lagmanovich compilador. 1975. Barcelona, España, Ediciones Hispam. También en Manuel Jofré, Narrativa argentina contemporánea: representación de lo real en Marechal, Borges y Cortázar. 1993. Universidad de la Serena. Pp. 211-235.

[5] Cortázar Julio. “Melancolía de las maletas”. En: La vuelta al día en ochenta mundos. 1968. México, Siglo XXI. Pg. 201.

[6] Carta de Julio Cortázar a Roberto Fernández Retamar. En: www.sololiteratura.com

[7] Carta de Julio Cortázar a Roberto Fernández Retamar. En: www.sololiteratura.com

[8] Yourcenar, Marguerite. Memorias de Adriano. 1989. Bs. As, Sudamericana.

 

De la imagen http://juliocortazarlaislaamediodia.blogspot.com


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